domingo, 21 de abril de 2013


Había una vez un rey llamado Ricardo. Él era muy bueno, pero su esposa, la reina, era malvada. Su nombre era Miriam. Ellos tenían un hijo, el príncipe del reino.
Un día, éste se encontró con la hija de un leñador. Los dos se pusieron a charlar y ella le preguntó:
- ¿Cuál es tu nombre?
- Carlos, ¿y el tuyo?, respondió
- Anastasia
- ¡Qué lindo nombre!, exclamó
- ¡Muchas gracias!
Se quedaron conversando durante un largo tiempo y no se dieron cuenta de la hora. Ya era tarde. Pero no se querían despedir, entonces fueron a la laguna a ver la luna llena.
Atravesaron un bosque oscuro, el llamado «Bosque de Merlín», allí encontraron una cueva. De pronto tuvieron mucho sueño y se durmieron. Cuando se levantaron, estaban hambrientos.
Recorrieron el bosque y encontraron el árbol con frutos mágicos y los comieron. Al lado del árbol había un pájaro de plumas mágicas. Anastasia y Carlos creyeron que el ave quería atacarlos. Pero el animal, sólo estaba buscando a su dueño. Entonces ellos le preguntaron:
- ¿Qué hacés solo por estos lugares?
- Estoy buscando a mi dueño, les respondió el pájaro
- ¿Quién es tu dueño?, le preguntaron
- Mi dueño es Merlín, un mago muy bueno pero desapareció hace ya unos días. Me contaron que una malvada hechicera lo secuestró para obligarlo a que la ayude a crear hechizos muy peligrosos.
- ¡Nosotros nos perdimos y queremos volver a nuestras casas!, dijo Carlos
- Yo los llevaré hasta su hogar. Pero si después me ayudan a buscar el mago.
De esta manera, los tres tuvieron que atravesar el volcán Tipuani, la selva del llanto y el cañón de la desesperación. Cuando llegaron al castillo del príncipe, sus padres estaban muy enojados y Carlos dijo:
- Perdonen, es que se nos pasó el tiempo.
La madre muy enojada, la echó a Anastasia; y el príncipe dijo:
- ¡Si ella se va, yo también!
Entonces, la madre, fue a buscar a la hechicera para hacerle una maldad a su hijo. En ese momento, el pájaro la atacó y Miriam confesó que ella era la que tenía encerrado al mago.
Luego de esto, entre todos obligaron a la hechicera para que elimine la maldad que se hallaba en Miriam.
Meses después, Carlos y Anastasia, se casaron e invitaron a todas las personas del reino a su boda, y vivieron felices para siempre.
Rocío Voi

1 comentario:

  1. Me encantó el relato! imaginé parte por parte!

    Sigan así, Lara.

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